Durante los mil años que duró la Edad Media, entre los siglos V y XV, la vida en Europa cambió muchísimo con relación a la Antigüedad. Surgieron los grandes imperios que lograron no sólo organizarse en poderosos ejércitos, sino que también controlar grandes territorios a lo largo de toda Europa. Cuando acabaron los imperios, Europa se dividió en pequeños feudos que fueron controlados por los nobles: el grupo más importante de las clases sociales en la Edad Media. Aislados en sus propias tierras, reyes, príncipes y duques construyeron grandes murallas para proteger sus castillos. Si bien las batallas campales continuaban existiendo, la táctica militar en la Edad Media pasó a ser el asedio a los castillos. Lo social en la Edad Media era sumamente importante y, por eso, al mando de los bandos combatientes (invasores y sitiados), siempre estaban los caballeros, hijos de los nobles más importantes.
ARMAS DE GUERRA DE LA EDAD MEDIA
CATAPULTAS
En el ataque a los castillos se utilizaban varios tipos de catapultas, pero la más importante, sin duda, era el Trebuchet. Con un sistema de contrapeso, lanzaba rocas de hasta 150 kilos. Otra táctica era lanzar con ella bichos infectados con enfermedades mortales que contagiaban a los enemigos.
CAÑON
Al final de la Edad Media empezaron a aparecer los cañones. El primer registro de su uso en Europa data de 1325. Al principio, los cañones eran lentos para cargarse y disparaban apenas dos o tres balas por día.
LA TORRE DE ASEDIO
Escaleras comunes y sofisticadas torres de asedio ayudaban a invadir el castillo desde lo alto de sus muros. La torre, que poseía ruedas, era empujada hasta la muralla. Por escaleras internas, los soldados subían varios pisos hasta llegar al punto más alto de la muralla. Se bajaba un puente levadizo, por el que los soldados ingresaban al castillo.
ARIETE
El ariete servía para derribar portones y abrir brechas en los trechos más frágiles de la muralla. Hasta diez hombres impulsaban sobre el obstáculo una honda en cuyo extremo había una cabeza de bronce. Una estructura de madera sobre ella protegía a los soldados del ataque.
PIEDRAS Y ACEITE CALIENTE
La principal táctica de defensa para el ejercito que defendía la fortaleza era arrojarles piedras y aceite caliente a los invasores. El aceite se fabricaba con la grasa animal.
LAS TRES MURALLAS
Los castillos más grandes tenían hasta tres líneas de defensa. Cuando la muralla externa era asediada, todos corrían hasta una muralla interna. Si esta muralla también era tomada, aún les quedaba la ciudadela: una última fortificación que podía ser, por ejemplo, una torre.
EL FOSO
El foso era un trinchera profunda alrededor de la muralla, generalmente llena de agua. Tenía, al menos, 10 metros de profundidad y 10 metros de ancho. En algunas ocasiones, se desviaba el agua del río para llenar el foso.
EL INTERIOR DE LA TORRE
Las escaleras en el interior de la torre eran hechas en sentido horario. De esa manera, los invasores tendrían dificultad en usar la espada, ya que la mano derecha quedaría bloqueada por la pared que, a su vez, protegía a los defensores a lo alto de la torre.
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