La glucosa procedente de la comida causa una disminución en la producción de orexinas, un tipo de proteína que, se cree es la encargada de mantenernos "despiertos". Desde 2003 se sabe que las neuronas que producen orexinas, ubicadas en la región cerebral del hipotálamo, se muestran afectadas por los niveles de glucosa, pero no se sabia hasta qué punto, junto a la subsiguiente supresión de orexinas, interferían con la capacidad de mantenerse alerta.
Recientemente, Denis Burkadov y sus compañeros de investigación de la Universidad de Manchester, Inglaterra, descubrieron que incluso un minusculo aumento en los niveles de glucosa en la sangre limitaba significativamente la actividad de la neurona encargada de las orexinas, causando adormecimiento. Esta intensa relación entre alerta y niveles de glucosa era sorprendente, aunque, según Burdakov, el descubrimiento encaja en la teoría de la evolución. "Sería ventajoso para los animales eliminar la tendencia al consumo energético tras la obtención de alimento, de esta manera las calorías duren tanto como sea posible", explica.
Pero no todas las comidas son iguales. Según Burdakov, las sustancias ricas en carbohidratos o grasas aumentan el nivel de glucosa en la sangre y fatigan más; los alimentos más altos en proteínas son menos propensos a provocar dicho efecto. Así que, si quieres permanecer activo en tu jornada laboral sin cabecear sobre el escritorio, incluye la carne, el pescado y el pollo en tu almuerzo.
0 comentarios:
Publicar un comentario